Mohammad Mahdi Ahmadi, consejero cultural de la R.I. de Irán en España, dio en la sede de la embajada de Irán un discurso ante iraníes residentes en Madrid y empleados de la sede diplomática con ocasión del nacimiento del Profeta y del Imam Sadeq, sobre ambos sea la paz. Damos a continuación un resumen del discurso

 

Felicito el nacimiento del gran Profeta y del Imam Sadeq. Estos días coinciden con la Semana de la Unidad, que es la semana de diferencia que suníes y chiíes sostienen que nació el Profeta (12 y 17 de Rabi al-Awwal de la hégira). En esta breve intervención me gustaría presentar los indicadores de un verdadero chií desde la perspectiva del Imam Sadeq y considerar que si poseemos estos indicadores somos verdaderos chiíes y/o en qué medida dependiendo de los indicadores que se tenga. El Imam Sadeq dice que ‘Amamos al sabio, al conocedor, al comprensivo, al jurista, al tolerante, al paciente y al veraz y leal. Amamos a los chiíes que tienen tales indicadores y características’. Las personas deben ser sabias y racionales y tener una vida cabal y basada en la racionalidad. El Profeta dice: ‘Quien no tiene raciocinio no tiene religión’

Los psicólogos creen que los humanos tienen tres personalidades: 1- La personalidad de un niño, influenciado por sentimientos y emociones 2- La personalidad de un padre, o sea, autoritaria y con espíritu de dominación y gobierno 3- La personalidad de un adulto, o sea, de personas que viven sabiamente y que han alcanzado una madurez racional. Las personas muy emocionales y sentimentales son una muestra de la primera. Se comportan en virtud de su personalidad infantil; las emociones son buenas dentro de un límite, pero cuando se vuelven extremas pueden desembocar es una personalidad infantil, y si las personas tienen como modo de vida el dominar y mandar, ello será siempre una fuente de violencia. Ellos están bajo el control de la personalidad del padre, pero aquellos que viven una vida racional y sabia, sin extremos en sus acciones, han alcanzado la etapa de madurez en términos de personalidad, que es una vida sabia y cabal.

El segundo indicador de un verdadero chií es la profundidad y el conocimiento de los principios religiosos, si es así, será un verdadero creyente. La Sharia o jurisprudencia religiosa tiene dos funciones:

 

1- Ser una introducción para una sociedad moral.

2- Ser un símbolo que expresa lo interior y lo más íntimo del ser humano. Si es conocimiento, entonces no se limita a rituales y simbolismo. Lo que adoramos no entra en conflicto con nuestro comportamiento y se manifiesta en nuestro estilo de vida, de lo contrario seremos unos santos ignorantes, lo cual es peor que cualquier secularismo.

 

El tercer indicador de un verdadero chií en la vida es que comprenda los límites y que comprenda la senda, que distinga lo verdadero de lo falso, gestione su destino de manera racional y tenga una comprensión correcta de las cosas.

Sobre el cuarto indicador, las personas sabias y los verdaderos chiíes deben conocer el motivo de cada asunto y deber religioso, y no imitar. Que su devoción sea con motivación, no por costumbre.

El quinto indicador es ser tolerante y saber perdonar, tratar a los siervos de Dios con bondad, observar la moral y tolerar aquello con lo que no esté de acuerdo.

El sexto indicador de que los chiíes son personas pacientes ante los desafíos y los problemas, especialmente al gestionar crisis.

El séptimo indicador es que los chiíes son honestos, honrados, transparentes y no tengan doble vidas.

El octavo es que los chiíes cumplen con sus compromisos.