En el Nombre de Dios, el Clemente el Misericordioso

 

Otra vez, otros pérfidos, intentado oscurecer el sol arrojándole tierra

 

Cada cierto tiempo y bajo excusas banales, los mercenarios del diablo la emprenden blasfemando contra el Islam, apoyados por aquellos gobiernos llamados partidarios de la libertad de expresión. Esta vez hemos sido testigos de cómo han ardido los corazones de millones de musulmanes, que no es otra cosa que el Sagrado Corán, que ha sido quemado frente a la embajada de Turquía en Suecia. No es esta la primera vez que Suecia es el escenario de actuaciones diabólicas contra el Islam y los musulmanes.

 

El Sagrado Corán y sus aleyas inspiradas por Dios es el recuerdo más sagrado, más querido y más grande que tienen los musulmanes del Profeta Muhammad, sobre él y su familia sean las salutaciones de Dios.

 

Con el Corán, los musulmanes nacen, crecen y regresan a Dios. Para los musulmanes, el Corán es el libro de la vida, de la muerte y de la resurrección. Día y noche y en todo el orbe los musulmanes recitan las aleyas de este libro divino, le rezan a Dios, santifican y magnifican este libro, lo aman, y es con este libro celestial con el que pasan su vida en este mundo.

 

La puesta en escena de semejantes viles actuaciones y la iniquidad y crueldad sin fin de estas manifestaciones del demonio amparadas con la excusa de salvaguardar la libertad llenan a los musulmanes de ira, cuando éstos siempre han respetado los símbolos, las obras, los templos y lo sacro de otras religiones.

 

A nadie se le oculta que este tipo de comportamientos maliciosos perturban seriamente la convivencia pacífica de las religiones, doctrinas y culturas y enturbian el ambiente del diálogo interreligioso y de interacción entre las culturas.

 

Yo, en calidad de presidente del Consejo de Políticas y Coordinación del Diálogo Interreligioso de la República Islámica de Irán condeno firmemente la quema del Sagrado Corán, las blasfemias vertidas y las heridas causadas a los corazones de millones de musulmanes.

 

Los seguidores del Sagrado Corán lo que mínimamente esperan de los líderes religiosos, intelectuales y de las gentes libres, en especial, de los que habitan Europa Occidental y norte de América —que hace años que se han convertido en el escenario de estas vergonzosas actuaciones—, es que se desvinculen sin cortapisas de esta islamofobia y que desenmascaren la falsa y engañosa ecuación de incluir la libertad con la blasfemia contra la religión.

 

Ruego al Altísimo que no nos aleje del amor y la luz ni de Su Camino.

 

Mohammad Mahdi Imanipour

Presidente del Consejo de Políticas y Coordinación del Diálogo Interreligioso

de la República Islámica de Irán

Enero de 2023