La miniatura persa

La miniatura persa, cuya raíz etimológica proviene de “minio” y no tiene que ver con el tamaño, es el nombre de las pinturas medievales sobre el Irán antiguo y la caligrafía y que se utilizaba también para adornar e ilustrar libros.  

El curso histórico de la miniatura persa se remonta a un pasado lejano antes del advenimiento del islam, pero se puede decir que cuando los persas entraron en la corte abasí en el siglo VIII, la pintura persa revivió después de un período de estancamiento.

La miniatura persa es en realidad la pintura del Irán antes del advenimiento del islam, que se integró con el misticismo y el pensamiento islámico y se convirtió en una forma de manifestar lo divino. Miniaturas delicadas se crearon durante el período abasí, pero desafortunadamente una gran parte de estas obras fueron destruidas durante los ataques mongoles en los siglos XIII y XIV.

Durante el período iljánida, cuando la situación en el país alcanzó una paz relativa, se dieron pasos hacia el avance del arte, incluido el establecimiento de Rob’-e-Rashidi en la capital, a la sazón, Tabriz, que se convirtió en un lugar óptimo para el desarrollo del arte y el talento de artistas, calígrafos y científicos. Hubo talleres para copiar manuscritos e ilustrarlos en Rob’-e-Rashidi. La escuela de Tabriz alcanzó la cima durante este período y se crearon obras selectas como el Shahnameh de Ferdowsi y el Shahnameh Demotte. Con el tiempo, esta miniatura sufrió muchos cambios y se formaron varias escuelas con características propias, entre ellas, la Escuela Shiraz, la de Herat, la de Tabriz, la de Ghazvin y la de Isfahán