Un análisis sobre la formación de los últimos disturbios desde la muerte de Mahsa Amini en la República Islámica de Irán
Abstracta Los disturbios sociales acaecidos en septiembre y octubre de 2022 tras la muerte de Mahsa Amini ha sido un acontecimiento importante y multidimensional en la esfera político-social del país que sin duda debe evaluarse y analizarse desde varias perspectivas. Se hace necesario estudiar las dimensiones y las diferentes cualidades de este fenómeno desde ángulos como el social, el político y de seguridad, y los indicios nos dicen que las últimas revueltas han tenido varias cualidades especiales si las comparamos con los sucesos acaecidos en la última década. Entre dichas cualidades están: rapidez en crearse un ambiente de seguridad, ataque a los pilares de las creencias y rapidez en aplacar las revueltas. En este estudio, además de ofrecer un análisis de los cauces en los que se han formado estos desórdenes, también se estudia la cuestión de la posibilidad de que surjan más revueltas bajo nuevas formas.
Abstracta
Los disturbios sociales acaecidos en septiembre y octubre de 2022 tras la muerte de Mahsa Amini ha sido un acontecimiento importante y multidimensional en la esfera político-social del país que sin duda debe evaluarse y analizarse desde varias perspectivas. Se hace necesario estudiar las dimensiones y las diferentes cualidades de este fenómeno desde ángulos como el social, el político y de seguridad, y los indicios nos dicen que las últimas revueltas han tenido varias cualidades especiales si las comparamos con los sucesos acaecidos en la última década. Entre dichas cualidades están: rapidez en crearse un ambiente de seguridad, ataque a los pilares de las creencias y rapidez en aplacar las revueltas. En este estudio, además de ofrecer un análisis de los cauces en los que se han formado estos desórdenes, también se estudia la cuestión de la posibilidad de que surjan más revueltas bajo nuevas formas. Esta investigación, que sigue un método descriptivo-analítico y que se basa en observaciones directas y en los análisis de diferentes medios, llega a la conclusión de que pese a la extensión y complejidad de las amenazas blandas de Occidente y de los medios favorables y también el aliento dado por los grupos separatistas, monárquicos y la secta perdida de los Muyahidín del Pueblo, finalmente la República Islámica de Irán, merced al poder blando del diálogo de la Revolución islámica, ha podido sobreponerse a los altercados y a las revueltas.
Planteamiento de la cuestión
El fallecimiento de Mahsa Amini, una muchacha de 22 años oriunda de la ciudad de Saqqez, ha venido acompañado de diversos acontecimientos fuera y dentro del país. Mientras los detalles de lo ocurrido estaban siendo aún analizados por los organismos pertinentes en Irán, como es habitual, por un lado medios que emiten en persa como la BBC, la Voz de América, Iran International y Manoto, y, por otro lado, la Casa Blanca, el régimen sionista y las corrientes adscritas a los Muyahidín del Pueblo y a los monárquicos comenzaron a sacar provecho de lo que estaba ocurriendo en pro de sus objetivos y de sus aciagos contubernios. Resultado de las actividades de estos canales, de las corrientes takfiríes y de los Muyahidín del Pueblo han sido las revueltas habidas en los últimos días en algunas zonas del país y, desgraciadamente, la muerte de un número de personas inocentes así como de efectivos basiyíes enviados a controlar las revueltas. Las redes y canales adscritos al eje EEUU-Occidente-Arabia Saudita-Sionismo, que aprovechan toda ocasión para crear desorden e inseguridad en Irán, han sido los que estaban a la cabeza de las gestiones de todas estas revueltas. Y todo ello ocurría mientras el caso de la muerte de Mahsa Amini está estaba siendo investigado por los más altos estamentos de la República Islámica de Irán. Según lo dicho, en este estudio vamos a centrar la atención en los cauces donde se han formado las revueltas tras el fallecimiento de Mahsa Amini.
La Revolución islámica: foco y eje de la resistencia
La victoria de la Revolución islámica cuando faltaban dos décadas para terminar el siglo XX fue un duro golpe asestado al cuerpo del imperialismo, un golpe que deshizo todos los planes que tenían en la región. Así las cosas, Irán pasó de ser una isla guardiana de los intereses del imperialismo, en especial, de EEUU, a ser símbolo de la libertad de los pueblos oprimidos del mundo, muestra de lo cual lo podemos ver en la corrientes de despertar de los países musulmanes. Por lo tanto, durante los últimos 40 años el imperialismo ha intentado, haciendo uso de las riquezas de los países retrógrados de la región, impedir el poder cada vez mayor ideológico y blando de la República islámica. En este sentido podemos mencionar la guerra que le declaró a Irán el régimen baasista de Irak, que duró ocho años, el pertrechamiento de los grupos separatistas y monárquicos, y, finalmente, la génesis de grupos takfiríes como Al Qaida y el Daesh. En otro plano, desde el mismo comienzo de la República islámica los regímenes colonialistas han intentado utilizar las protestas sociales habidas dentro de Irán en pro de sus propios intereses, siendo así que se han aprovechado de las mínimas protestas internas para atentar contra la seguridad de Irán, y un claro ejemplo de esto es la formación de los motines de 2009, los acontecimientos de 2017, 2019 y 2021, y, por último, las revueltas y altercados que se han producido tras el fallecimiento de Mahsa Amini en septiembre de 2022.
Cuando aún las autoridades pertinentes no habían dilucidado las causas de la muerte de Mahsa Amini, la noticia salta a los titulares de los noticiarios. Si leemos los periódicos de gran tirada podemos ver cómo a diario pierden la vida en el país decenas de hombres y mujeres por causas diversas. Ahora la pregunta que cabe formular aquí es ¿qué factores hay que tener en cuenta para que el fallecimiento de una mujer pueda tener tanta cubertura mediática, al punto de que muchos canales extranjeros han detenido su programación habitual para cubrir la noticia y analizarla durante varios días seguidos? También por otra parte, los gobiernos contrarios a la República Islámica de Irán y las corrientes opositoras movilizan a sus partidarios en la sociedad para asestar un golpe a la seguridad mental y al sosiego del conjunto de la sociedad.
Cauces de las revueltas en septiembre de 2022
1. Reformas político-económicas
Cuando la formación del trigésimo Parlamento en la República Islámica de Irán genera una ola de esperanza y regocijo en las fuerzas revolucionarias, la sociedad e incluso en los pueblos oprimidos de la región, en el punto opuesto vemos la preocupación y la hostilidad de las corrientes opositoras a la Revolución islámica fuera y dentro de Irán. En este sentido, el nuevo gobierno ha puesto entre sus prioridades en su programa el apoyo a las fuerzas revolucionarias fuera y dentro del país, ha abandonado la dependencia del país al acuerdo nuclear, ha dejado de centrarse en el bloque occidental para virar al oriental y ha hecho un serio seguimiento de las reformas económicas, en especial, las del ámbito de los subsidios. Aunque en este último se han visto algunos desajustes, sin embargo ha podido evitar el crecimiento de la inflación. Con todo, por muchas razones, había grupos contrarios a reformas económicas y políticas, y cuando se dan unas condiciones en las que se acumulan el descontento y las reivindicaciones y se ha generado una base de protesta en diferentes colectivos de la sociedad, una medida o una decisión económica o política puede generar la chispa que mueva a las revueltas. Por poner un ejemplo, las decisiones del ámbito económico que han afectado a un sector de la sociedad pueden encender la mecha de una insurrección. En estos últimos acontecimientos, el fallecimiento de Mahsa Amini ha jugado un papel de instigador político llevando las protestas a su máximo auge. En semejantes condiciones, los vínculos nacionales y étnicos se han afianzado más que en el pasado, en particular los del Partido Demócrata, los monárquicos y los Muyahidín del Pueblo y han visto la ocasión para introducir a sus partidarios y a su infantería en las calles del país para, valiéndose de la muerte de Mahsa Amini, asestar un golpe al sistema sagrado de la República Islámica.
2. Dejadez mediática
La vida hoy en día está completamente mezclada con las redes sociales y los nuevos medios. Éstos, si bien son una oportunidad y conllevan muchas ventajas para la sociedad, al mismo tiempo suponen también una amenaza importante. Según el parecer de los analistas, las redes actúan como un acelerante del comportamiento momentáneo y de las actuaciones movidas por el entusiasmo por lo cual tienen el poder de mover y movilizar a la sociedad. El poder de las redes sociales en configurar los comportamientos es de tal calibre que en algunas ocasiones mueven a los intelectuales para que éstos sigan a las masas. Es por ello que los enemigos del sistema islámico de Irán han aprovechado al máximo las redes sociales para encender más los últimos disturbios, y también hay que decir que desde mucho tiempo atrás ya estaban allanando el terreno para las protestas mediante la desacreditación del sistema político iraní y los pilares que lo sostienen, sembrando la desconfianza general. Se ha visto repetidamente en los disturbios de 2009, 2017 y 2019 que un medio nacional es presentado ante el pueblo por grupos opositores como un medio partidario del gobierno y en contra del pueblo para con ello dinamitar la confianza del pueblo hacia los medios internos y dar más cancha y fortalecer los medios externos. Por un lado, la institucionalización de los medios opositores que se transmiten por satélite y, por otro, la ampliación de la potencia y del ancho de banda de servicios de mensajería como Telegram y Whatsapp cuyos servidores están fuera de Irán, han reducido mucho en la práctica la distancia que media entre la protesta y los disturbios. Resumiendo, puede decirse que aunque el acelerante mediático no ha sido el factor principal de la formación de las protestas, sí que ha repercutido en convertir a éstas en una acción momentánea y pasional así como en la aparición de los disturbios. Todo esto ocurre mientras el Líder de la Revolución Islámica se ha referido en numerosas ocasiones a la dejadez mediática, y a que se debe atender a los desmanes que hay en el espacio virtual. Sea como fuere, los enemigos del sistema islámico de Irán se han valido de las capacidades de estos medios y de su infantería, como son los monárquicos y los grupos opositores que hay dentro de Irán, sacando el máximo provecho de todo ello, de tal forma que aquello que observamos en las calles es cualquier cosa menos protestas por la muerte de una muchacha.
3. Injerencia de las potencias imperialistas y colonialistas
Aunque en los últimos años han surgido protestas y un descontento por la situación interna en lo referente a la economía y por los medios de subsistencia, sin embargo, estos disturbios indican la existencia de un plan de origen externo, complejo y estratégico que atenta contra la seguridad y que discurre por el cauce del descontento. En el periodo pos acuerdo nuclear, EEUU ha intentado, no cumpliendo con sus compromisos, colocar a Irán en una situación de estancamiento a fin de generar un cauce por el que discurran conflictos étnicos y sociales. Según la información existente, desde hace tiempo EEUU ha creado un centro especialad hocen la Casa Blanca para programar disturbios. En este sentido no hace mucho el portal noticiero Al-Monitor citó las palabras de una autoridad de la Casa Blanca que decía que “debemos utilizar el estancamiento económico para generar disturbios étnicos y locales a fin de cambiar la estructura del régimen de Irán”.
Hace mucho tiempo que EEUU, el régimen sionista y Arabia Saudí encargan a grupos antirrevolucionarios, en particular a los Muyahidín del Pueblo y monárquicos, para que creen redes desde las que puedan generar disturbios. Estas redes, gracias al apoyo de EEUU y los sionistas han aprovechado al máximo los espacios de las redes sociales para crear una red de provocación de revueltas. Así las cosas, los sabotajes del grupo denominado Restart quemando varios lugares de culto y públicos se ven como una prueba o test de las maniobras de estas revueltas.
Los indicios dan buena muestra de que, para poder hacerle frente a la República islámica, el imperialismo había previsto de forma paralela dos programas y escenarios llamados plan A y plan B.
1. Plan A: Derrocamiento y cambio de estructura
Este modelo, que ya fue ejecutado anteriormente en Siria y Libia, se gestiona en tres fases:
- Fase uno: Provocar disturbios que se extiendan por todo el país.
- Fase dos: Convertir estos disturbios en acciones armadas con las que tomar algunas ciudades pequeñas de la periferia del país.
- Fase tres: Con la ocupación de las fuerzas de seguridad se ejecuta la fase tres de este plan, que consiste en el envío al interior del país de terroristas extranjeros para actuaciones militares que se inician en la periferia y se dirigen al centro del país (grandes ciudades y Teherán).
El apoyo sin fisuras de EEUU a las revueltas en el momento oportuno es buena prueba de la decisión de occidente de lanzar el plan A encauzándolo en dichas revueltas. Los informes de la Policía y de las fuerzas de seguridad iraníes dan cuenta de que durante estos últimos días numerosos terroristas bien pertrechados han intentado entrar en el país, que por lo general han acabado siendo detenidos.
Es menester señalar que EEUU y el régimen sionista, debido a sus continuos fracasos en la región y la impotencia y debilidad derivada de cálculos erróneos, ha procedido demasiado pronto a la ejecución de este plan siendo esta la razón por la cual no ha obtenido unos beneficios óptimos con él. Para explicar esto hay que decir que el pensar que era adecuado el cauce social y también el haberse fijado en los movimientos de descrédito y de erosión de la confianza habidos en los últimos meses para con el sistema y sus responsables se ha traducido en una aceleración de la ejecución de este escenario. Obviamente, también hay que señalar que con la infantería desplegada en la calle por los enemigos se ha cometido un error de cálculo y han sido incapaces de ejecutar los planes de sus amos.
2. Plan B: Cambio de las cuentas de Irán y cambio de comportamiento
Las revueltas recientes, cuyo objetivo era conseguir lo mínimo, se pueden considerar una especie de guerra para cambiar los cálculos, generar errores de cálculo y, finalmente, cambiar el comportamiento de Irán. Sobre esto hay que explicar que el modelo de juego de EEUU ha sido diseñado como un dominó en el cual las negociaciones nucleares les ha llevado hasta el borde de un precipicio y se ha intentado, amenazando con incrementar las sanciones, que Irán retrocediera y aceptase el acuerdo nuclear de la UE centrado en la TROIKA (Francia, Gran Bretaña y Alemania). Y aquí en medio surgen las revueltas y la inestabilidad dentro de Irán, que favorecían un aumento del poder de regateo para Europa y una mayor sumisión de la parte iraní. El punto en el que hay que reflexionar es que los altercados comenzaron antes del viaje del presidente de la R.I. de Irán a la ONU, lo cual es una clara muestra de las repercusiones de las revueltas recientes y de dicho escenario. Según este plan, si la R.I. de Irán no cediera al escenario impuesto de occidente se enfrentaría a más sanciones, y está claro que esto allana el terreno para generar el máximo descontento e incrementar las posibilidades de revueltas en el futuro. Como se ha podido observar, algunas autoridades occidentales se han posicionado a este respecto, pero con el discurso revolucionario pronunciado en la ONU por Reisi, el presidente de Irán ha quedado demostrado que la República islámica permanece firme en lo que se refiere a sus macropolíticas.
En este sentido, la WEB estadounidense Moon of Alabama, en un informe titulado “Irán ha secuestrado a los enviados a cambiar el sistema de protestas económicas” escribe en su análisis de los recientes tumultos: “En Irán un golpe de estado tiene pocas posibilidades. Una revolución de colores casi carece de ninguna posibilidad de éxito, pero si EEUU e Israel no pudieran lograr su objetivo de derrocar el sistema, utilizarán las recientes revueltas como preludio para aplicar más sanciones y llevar a cabo más actuaciones en contra de Irán. Los últimos acontecimientos son solo parte de un puzle mayor”.
Conclusiones
Los indicios apuntan a que, primero, lo que ha ocurrido en el país tras la muerte de Mahsa Amini ha sido un complot premeditado contra los cimientos de la República islámica y los ideales de su revolución. Dicho esto, Mahsa Amini y muchos más pueden considerarse víctimas de los nefastos objetivos del imperialismo. Segundo, que las recientes revueltas han sido fruto de la propaganda de grupos como los Muyahidín del Pueblo, monárquicos y separatistas y una prueba del alarde cada vez mayor de poder de las redes sociales que en la práctica han tenido el poder de guiar y liderar el escenario, y, obviamente, junto a todo esto, algunos jóvenes y adolescentes también han sido mediadores que se han dejado incitar por los mensajes de algunos personajes mediáticos. Con todo, teniendo en cuenta de que este sistema político de Irán posee un fundamento religioso e islámico, la participación a tiempo del pueblo en el escenario ha podido aguar los nefastos planes del enemigo. A pesar de todo no se puede afirmar que los alborotadores han sido por siempre borrados pues ellos utilizarán nuevamente los cauces del descontento social para alentar los sentimientos de la gente y provocar daño a la seguridad mental de la sociedad.
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